Ser una sola carne, en el matrimonio

Por Amor seguro | Flor de María
Noviembre 1º, 2019

¿Cómo puedo decirle mirándole a los ojos la verdad?, ¿Cómo puedo responderle “esas preguntas que rebotan en su corazón” y qué no sé cómo ponerle palabras?, ¿Cómo puedo saber qué decirle ante todo...

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¿Cómo puedo decirle mirándole a los ojos la verdad?,

¿Cómo puedo responderle “esas preguntas que rebotan en su corazón” y qué no sé cómo ponerle palabras?,

¿Cómo puedo saber qué decirle ante todo lo que puede ver y escuchar?,

¿Cuándo debo hacerlo…?

¿Hasta dónde debo explicarle?

Estas y muchas otras… son las preguntas de mamás que quieren saber cómo responder a LA VERDAD que sus hijos necesitan saber sobre:

¿Cómo es el acto que originó su existencia?

¿Cómo explicar con palabras lo que no puede ser expresado porque es vivido en la intimidad?

¿Cómo le hablo a mi hija/o del acto conyugal, del abrazo esponsal?

¿Cómo se lo digo?

Vamos por partes:

1. Más vale que tu llegues con amor y verdad un año antes que otro con morbo y confusión un minuto después, sé su mamá, sé su papá y asume la responsabilidad que tienes de decírselo tu – de que tu hijo o hija escuche lo que quien mejor le conoce puede decirle…

2. Maravíllate de lo que puedes decirle desde el corazón – porque nadie ama y desea el bien para tu hijo más que tu.

3. No utilices dibujos, imágenes o libros… déjale imaginar lo que su capacidad le permite, no violentes nunca su pureza, su inocencia.

4. Provoca que pregunte qué desea saber, escucha para saber qué tanto sabe o ha escuchado… Cada hijo es único, distinto y tu mejor que nadie sabes cómo llegarle al curioso, al que no le interesa saber, al que le da pena, al que ya ha escuchado y visto más de lo que tu quisieras… Ve a su ritmo… no quieras hablarlo todo en un día… educar para el amor, es acompañarles a vivirlo, descubrirlo todos los días.

5. Prepara el momento, hazlo especial, provoca un ambiente que deje huella provocando confianza, paz, libertad, tranquilidad y emoción poco a poco ve abriendo el corazón al momento más importante de su vida, el origen de su existencia, el acto que Dios pensó para que El mismo haciéndose presente de un modo que no podemos siquiera imaginar ni expresar – dar vida, crear una persona única, irrepetible, extraordinaria y llamarla de la nada a la existencia…

6. Lo más importante – Sella en su corazón que TODO es dado, pensado, creado, ordenado por DIOS, su AMOR y deseo de amar dando vida. Reverencia la pureza del corazón de tu hija… de tu hijo.

7. Por favor no utilices el lenguaje biológico, fisiológico – que divide a la persona en partes… deja muy claro que así hablan los doctores, somos personas cuerpo y alma, capaces de amar y expresar el amor que sentimos, conocemos, deseamos, elegimos y queremos… No es lo mismo decir matriz que aparato reproductor femenino, bebe que feto, la trompa de falopio – le suena a la del elefante…

NO PERMITAS que el mundo corrompa a tus hijos con la educación sexual – vacía de amor, el cómo entiende tu hijo o hija la grandeza de la diferencia sexual, marca el cómo entiende la familia, el matrimonio, su identidad y llamado a amar.

Puedes decirlo utilizando tus palabras, tu experiencia… – sólo tú puedes decirle cómo fue el acto originario de su vida – porque ustedes lo vivieron.

La experiencia que he vivido con cada uno de mis hijos ha sido distinta, única y muy especial – lo que he dicho es esto:

“Hoy quiero mirarte a los ojos y decirte lo que desde el primer día que te tuvimos en nuestros brazos he deseado decirte… Dios te pensó desde toda la eternidad para nosotros y es increíble que seas tu quien exista gracias a un sí…

¿Sabes cual es el más importante?

El sí de Dios que te creó.

Otro sí cuando papá me pidió ser su novia, y otro Sí… el más importante que hemos dicho papá y yo:

El sí que dijimos en el altar el día de que nos casamos.

Dios pensó que el hombre y la mujer colaboraran, co-crearan con El dando vida… Todo un Dios, que hizo el universo y todo lo que existe invita – porque El es genial – al hombre y a la mujer a dar vida con El… nos ama tanto que quiere que seamos parte de una historia de amor impresionante… la historia de su familia… ¡Somos sus hijos y como buen Padre quiere compartirlo todo con nosotros!

Tu ya sabes cómo naciste – lo hablamos, ¿te acuerdas?… Pero lo que no hemos platicado es ¿cómo comenzaste a vivir dentro de mamá?.

Existe un abrazo muy especial – que desde el principio fue pensado por Dios para el hombre y la mujer en el matrimonio: ser una sola carne. El abrazo de los esposos, se llama también acto conyugal, y es el acto más sagrado y hermoso que puede vivirse en comunión, porque en él ellos, están llamados a expresar tanto amor, libertad, alegría, cariño… entrega… que Dios y el cielo entero se hace presente y les bendice – se alegra y goza con ellos. Es un momento en donde el cuerpo expresa la verdad de quienes desean amarse para siempre¿Te acuerdas que yo siempre te he dicho que tu cuerpo es un regalo muy especial, que debes cuidarlo porque es el templo de Dios?… El abrazo conyugal es el momento en donde entregamos el regalo que somos a quien nos ha elegido para amarnos siempre, en las buenas y en las malas, enfermos o sanas, contentos o enojados… para siempre!!!!

Un regalo se desenvuelve, se abre para descubrirse… y lo mismo hacen los esposos, se desnudan – desnudando sus cuerpos y su corazón… para amarse tanto, tanto… que siendo una sola carne – descubren el amor para el que fueron creados, un amor que crece, aumenta, madura, está vivo y desea amarse más y más… y si Dios así lo quiere, crear una vida nueva, una persona… ¡WOWWWW!, transformar a los esposos en lo más increíble que puede sucederles:

Ser papás, ser tus papás… Su vida no sería la misma sin ti…

Dios diseñó el cuerpo del hombre distinto al de la mujer, ella no se entiende sin el y el sin ella. La persona humana es hombre o mujer, nos complementamos y necesitamos. Cada uno fue pensado por Dios para dar vida… La vida es posible gracias al amor y para amarse se necesita uno que da y otro que recibe.

El hombre es quien da y la mujer recibe… cada uno lleva en su cuerpo “semillas capaces de dar vida”, el hombre millones cada día  y la mujer no más de 400 en toda su vida… ¿No crees que es increíble?… sólo Dios lo pudo haber pensado así.

¿Te acuerdas que ya platicamos de cómo te va preparando Dios para dar vida… y te recuerda desde la pubertad que custodies tu cuerpo porque confía en ti, y te acompaña a prepararte para que un día comience a formarse una vida dentro de ti?

Las dos “semillas” deben unirse en el día exacto en el tiempo perfecto para que exista una nueva vida… ¿Te das cuenta?  Tu eres el milagro, el fruto de esas dos semillas, de ese día exacto y ese tiempo perfecto… DIOS te creó a ti… y nos pidió a nosotros como esposos decir sí a tu vida… viviendo ese abrazo esponsal… un acto sagrado que está llamado a expresar un pedacito de cielo en la tierra: El MISTERIO de tu CREACIÓN.

El instante que originó tu vida está escondido en el misterio de amor que es DIOS.

El misterio de lo que dos viven al ser una sola carne, no tiene palabras para ser expresadodejemos el velo cubriendo lo que cada uno de nuestros hijos – con la gracia de Dios está llamado a descubrir en su momento, en su tiempo y con la persona que Dios pensó para ellos desde toda la eternidad…

Las palabras nunca serán suficientes… porque cada historia de amor se escribe desde el amor humano bajo la mirada, presencia y Gracia del amor divino”.

Flor de María

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