Las experiencias presenciales, tienen como objetivo principal:
Redescubrir el significado de ser persona redimida en cuerpo y alma,
y responder el llamado a amar como Dios ama.
Responder: ¿Quién es la persona humana? ¿de dónde viene? ¿en dónde está? ¿a dónde va?
Maravillarse de la vocación cristiana a la virginidad y al matrimonio.
Despertar la conciencia y responsabilidad ante el don infinito de la vida.