Este año para todos los católicos del mundo es muy especial – JUAN PABLO II – será proclamo santo por nuestra querida Iglesia, y gracias a las observaciones de nuestro querido capellán, decidimos hacer un rediseño de nuestro logotipo…
LeerEste año para todos los católicos del mundo es muy especial – JUAN PABLO II – será proclamo santo por nuestra querida Iglesia, y gracias a las observaciones de nuestro querido capellán, decidimos hacer un rediseño de nuestro logotipo…
Queremos compartirlos con ustedes:
1. LA TIPOGRAFIA
a. Ya nos «habla» de Amor Seguro, ha sido la letra de nuestra imagen desde el principio.
b. Tiene fuerza, libertad, carácter, movimiento – es «hecha a mano» no «a máquina».
c. Comunica lo que necesitamos comunicar:
Persona, libertad, certeza, crecimiento, descubrimiento… movimiento – vida.
2. EL SÍMBOLO – el corazón humano, acompañado por el báculo… no podemos inventar el hilo negro…
+ ¿Qué comunica mejor que nada el amor? Un corazón, que se mantiene y se re-diseña.
+ Comunicamos las catequesis de Juan Pablo II – Visualmente ¿qué elemento, que no sea su hermoso rostro de pastor, sacerdote y enamorado de Cristo, comunica a Juan Pablo II? Su báculo.
+ Necesitábamos una cruz y SU cuerpo – nuestra identidad cristiana – LA CRUZ y EL CUERPO DE CRISTO, porque ES EL, el REDENTOR del corazón del HOMBRE.
+ Porque, es en la cruz en donde ocurre, se vive, se mira, se reconoce, se descubre la redención, la Teología del Cuerpo habla, expone, explica, reflexiona, despierta a la redención del corazón, del deseo, del cuerpo, de la mirada…
+ Porque visualmente define con claridad y fuerza que somos – Iglesia católica, que trabajamos en fidelidad con los obispos (báculo), porque al ponerla delante del corazón – indica que sólo al seguir a Cristo abrazando y amando su cuerpo, su cruz – podemos aprender a amar, bajo la guía del único amor seguro, el amor divino…
+ El corazón tiene luces y sombras – heridas, batallas ganadas y perdidas… – su color es el color de la sangre.
+ El Báculo de Juan Pablo II fue uno y es un – objeto real, que se ha convertido en símbolo de su pontificado, nombre, presencia, identidad… es un símbolo que le representa a el como ningún otro.
Queremos comunicar:
A CRISTO, Su CUERPO, el AMOR, a la IGLESIA, a JUAN PABLO II, en FIDELIDAD.